El primer día de escuela no conocía a nadie. Llegué muy temprano y busqué un lugar que no me dejara muy expuesta a la vista de los demás. Ese día el profe de Orientación hizo algunas preguntas y yo fui de las que levantó la mano para contestar… desde entonces me gané la fama de matada ñoña.
Pasaron unos días y yo apenas cruzaba palabra con algunos niños (siempre he preferido hablar con niños… no me gustan las niñas), pero todavía no los ubicaba bien. En el descanso bajé a comprar agua y en la cafetería vi a un niño que se me hizo guapito, pero equis. Subí al salón y en la última clase nos formaron en equipos y resultó que el niño guapo estaba en mi salón… y en mi equipo. Dos días después se me acercó a preguntarme si había ido a clases el día anterior. Le dije que sí y me pidió los apuntes.
Desde entonces empezamos a ser amiguitos. Salíamos en los descansos a fumar en “la kueva” y a veces venía a mi casa a hacer tareas. Siempre me trató como si fuera uno de sus amigos (hombres) y yo me olvidé de que estaba guapito cuando anduvo con mi amiga Ale.
Al año siguiente lo echaron de la escuela por mal elemento, regresó a su pueblo (Playa del Carmen) y perdimos contacto. Una vez vino y no me habló, así que, como buena mujer, me ofendí.
Hace unos días me habló. Estaba en Mérida y quería verme. Eran como las ocho de la noche y quedamos de vernos en media hora. Salí en chinga y sentí bien bonito verlo. Platicamos como dos horas, nos despedimos y quedamos en que nos veríamos antes de que se fuera otra vez a su pueblo. Ya se fue.
Mucha gente dice que en la prepa es donde se hacen los amigos más bonitos de la vida… lo más cercano a eso es este niño.

Música de: Jorge Drexler - Todo se transforma
1 Comentarios:
Sé que puede ser sarcástico, pero no lo es.
Me conmueve esa melancolía que se percibe en tu blog. Me consmueve también lo que ya no pude leer, de aquello que arrojaste al olvido.
En fin, saludos.
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